¡Qué desgaste, qué inexplicable calor!
Música, vino, tinta y tinto.
¡Qué cómodos silencios y frescos amaneceres.
No te espero, no me esperes.
Hay plantas secas en la azotea
en mi azotea y en tu azotea
se riegan con sudor
con rayos de luna
con polvo de estrellas.
¡Qué mariconada!
Hoy he vuelto a leer "raíces y tornillos"
no quiero devolvérselo a su dueño
si me pregunta le diré que no lo tengo.
Espero que no me esté leyendo.
¡Qué miedo desnudar mi bolígrafo,
qué pánico que sepas lo que escribo!
siempre lo borro
ya nunca lo publico.
Pero esta mañana mi corazón marcaba las 8:00 a.m.
y todo olía a menta, a tomillo,
a orégano recién regado.
Y me he desnudado bajo el sol
para calentar mi piel
para mojar la palma de mis manos
para escribir sin rima, con asonancia
sin respetar las normas ni la distancia.
Pero esta mañana me he despertado en tu lado de la cama
y ya no olía a perfume, ni a placer
ni a café recién hecho.
Y me he duchado bajo el sol
para enfriar mi piel
para secar la palma de mis manos
para recordarte sin lágrimas
para olvidarme de tus besos
¡Qué paradoja, qué inexplicable frío!
Afonía, agua , en blanco y sin blanca
¡Qué molestos ruidos e inexistentes "te quiero"!
Espérame, que yo te espero.
Música, vino, tinta y tinto.
¡Qué cómodos silencios y frescos amaneceres.
No te espero, no me esperes.
Hay plantas secas en la azotea
en mi azotea y en tu azotea
se riegan con sudor
con rayos de luna
con polvo de estrellas.
¡Qué mariconada!
Hoy he vuelto a leer "raíces y tornillos"
no quiero devolvérselo a su dueño
si me pregunta le diré que no lo tengo.
Espero que no me esté leyendo.
¡Qué miedo desnudar mi bolígrafo,
qué pánico que sepas lo que escribo!
siempre lo borro
ya nunca lo publico.
Pero esta mañana mi corazón marcaba las 8:00 a.m.
y todo olía a menta, a tomillo,
a orégano recién regado.
Y me he desnudado bajo el sol
para calentar mi piel
para mojar la palma de mis manos
para escribir sin rima, con asonancia
sin respetar las normas ni la distancia.
Pero esta mañana me he despertado en tu lado de la cama
y ya no olía a perfume, ni a placer
ni a café recién hecho.
Y me he duchado bajo el sol
para enfriar mi piel
para secar la palma de mis manos
para recordarte sin lágrimas
para olvidarme de tus besos
¡Qué paradoja, qué inexplicable frío!
Afonía, agua , en blanco y sin blanca
¡Qué molestos ruidos e inexistentes "te quiero"!
Espérame, que yo te espero.
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