lunes, 24 de octubre de 2016

Cebiche

Al más puro estilo Sabina me dices que te escriba.
Y te escribo, pero para pedirte que vengas
y me des detalles que luego transcribo.

-Piensa un número del uno al diez.
Me dices el tres.
Me pongo al revés.
Los tres cerditos,
los tres mosqueteros
las tres maneras de pedir lo que quiero.

-Dime un color.
Me dices el verde.
Te vuelves rebelde.
Como las hojas de marihuana,
como la bandera de Mauritania,
como los tallos de perejil que asoman por mi ventana.

-Elige un vino.
Y eliges rosado.
¡Vas de sobrado!
Al pedir hoy la cena, no olvides la clave
Al llegar a mi casa, no olvides la llave
Al volver a la luna, no olvides tu nave.

Y a mis calenturas, como al cebiche
aliño de tintes cítricos
a ver si así se disipan, desaparecen de mi cara
y dejan que tus labios
las sellen como una carta.

Y como a un cachorro perdido
busco tu sonrisa.
Anda por ahí suelta.
Sin collar.
Sin correa.
Sin bozal.
Hoy tiene nombre,
HOY se llama Isä.

jueves, 6 de octubre de 2016

Letargo

Hoy me he levantado, he llorado.
Aún me duele la cabeza. Cerveza.
Yo me juzgo con dureza, soy mi peor jueza.
Soy la niña que tropieza en la maleza y que grita con fiereza.
La que no reza,
la que te escupe las verdades a la cara con crudeza.

 ¿Me has oído? Te he gritado

El amor es dolor ¿te llega el calor?
Yo ya siento el olor, el ardor, el horror.
El amor es temor ¿sientes el picor?
Yo ya oigo el rumor, el rencor, el terror.
El amor es valor ¿notas el sudor?
Yo ya huelo el hedor, el rubor, el error.

¿No me entiendes? No he cambiado.

¡Qué difícil explicarlo!
Sin borrarlo, sin que sepa amargo.
Como un trago de wisky. Largo.
Como una multa con recargo.

Letargo.