Puedo sentarme toda una tarde y escribir, lo que pienso, lo que siento o lo que invento.
Solo necesito una palabra con la que empezar cada renglón,una frase con la que comenzar cada párrafo, una idea con la que terminar cada historia.
No me sentía inspirada y aún así las palabras fluían libres en mi teclado, dejé que mis dedos escribieran directamente sin me pasar por mi cerebro, sin registrar ni una sola de las sensaciones, sin pensar en nada, por fin libre, liberada de tanto espanto.
¿Has pensado en algo hoy? ¿Has meditado sobre ti? ¿has intentado cambiar el mundo?
En algún sitio leí, que para cambiar el mundo deberíamos empezar por cambiarnos nosotros mismos, pero, ¿acaso queremos cambiar?