lunes, 9 de mayo de 2011

Rosa

Nunca una rosa tuvo tantas espinas 
Nunca una frase fue tan desafortunada
Otra vez Morfeo me castiga y 
me condena a estar despierta a pesar de mi fatiga.

Llantos ahogados, lágrimas contenidas 
papel, nicotina y tinta.

El cansancio como excusa
convierte una noche mágica 
en una puta pesadilla.
La piel se enfría, los cuerpos que estaban juntos ahora distan una milla.

Cuando un lo siento ya no sirve
Cuando duele una caricia
Cuando la última sonrisa
Quedó impresa en una fotografía 

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